Renovación de muebles, recolección de antigüedades que los familiares regalan, bicicletas que ya han quedado chicas, cunas de los hijos que hoy ya tienen más de 5 años. Estas y muchas cosas más son las que se van acumulando en los jardines o bodegas de las casas y que llega un minuto en que es necesario sacarlas de ahí.
Si es que no se quieren regalar ni deshacer de aquellas pertenencias para siempre, está la opción de arrendar una minibodega para todos aquellos "cachivaches" que ya no podemos seguir almacenendo en la casa, pero que de todas maneras todavía puede servir o algún día pudiésemos volver a necesitarlos.
Se trate de una especie de containers, de distintos tamaños que van desde los que almacenan 2 mt2, hasta los que tienen una capacidad de 60 mt2, o incluso más. Con precios que van desde los $15.000 hasta los $400.000, cada vez son más quienes contratan estos servicios. No son galpones desordenados o sucios, muy por el contrario, se adoptó la estética de las bodegas de Estados Unidos donde parecen strip centers.
Y debido al auge que han tenido, hay varias de estas empresas que desarrollan alianzas estratégicas con algunos especialistas en fletes y mudanzas, de tal manera que les recomiendan a sus clientes quienes son de su confianza para que se encarguen de embalar sus pertenencias y llevarlas hasta la minibodega contratada.
Para muchos, se trata de un servicio que ven como la extensión de la casa o de la oficina. Además, se le entrega a cada contratante el control y acceso a su espacio, es decir, cada cual lleva su propio candado y nadie más tiene acceso a su unidad, y puede acudir a ella cuando se le antoje, ya sea a dejar o a buscar cosas.